I'VE GOT TO HERE / BARTOMEU SASTRE
19 September — 31 October 2015
Bartomeu Sastre (Palma de Mallorca, 1986), plantea situaciones, siguiendo su línea de trabajo basadas en el uso de la palabra como materia prima y esencial del ser humano, propone una re exión vital sobre el estado permanente de emergencia e inquietud, donde se nos exige estar a la última en todo momento y en todos los ámbitos (trabajo, relaciones sociales y sentimentales...) Tratando de llamar la atención sobre la precariedad en la que estamos inmersos en relación a estos temas, ya que, aunque pensemos que estamos cumpliendo las expectativas, generadas por la sociedad capitalista y por nosotros mismos, la mayoría de las veces no es así.
Hay algo en todo este entramado que no funciona y lo único que acaba generándonos es ansiedad, impotencia y un estado de constante decepción. Sastre realiza esa llamada de atención, denunciando este hecho mediante el uso de elementos asociados, metafóricamente, a esta situación límite —mantas térmicas— como soporte para utilizar la palabra escrita —vinilo, plantillas y spray— a modo de pancartas desesperadas, que él manipula a su antojo, no exentas de ironía y toques de humor. Presentado desde el esteticismo, haciendo hincapié en esa ironía
y, en cierto modo, pervirtiendo el sentido de las propias frases, llegándolas a despojar de su verdadero signi cado. También introduce piezas escultóricas, combinándolas con maderas y cristales encontrados, sujetas con tornillos de apriete, con riendo una fragilidad mayor al sentido de la obra. El espacio blanco y aséptico, se convierte en terreno de denuncia, (comúnmente asociado a la calle) desplegando todos los elementos de manera disfuncional. El artista, propone su visión de algunas de las piezas, no siendo la única. En el caso de las pequeñas pancartas con cuatro anclajes, para las que utiliza elementos en tensión (gatos o elásticos) para sujetarlas, pueden colgarse de los cuatro o elegir tan sólo uno, cambiando y generando nuevas visiones de una misma obra. De pared a techo, con un anclaje, en el suelo o detrás de otra obra. Obligando al visitante a tomar, en ocasiones, diferentes puntos de vista, para ir descubriendo algunas de las piezas, no visibles tras un primer recorrido. Mediante las mantas de emergencia se acude a auxiliar y proteger al espectador. Invitando al público a protegernos y ayudarnos los unos a los otros. “Este proyecto está motivado por la situación socio-económica actual. Tampoco tiene porqué llamársele crisis, es simplemente un estado que aunque nos parezca extraordinario y único, quizás tengamos que acostumbrarnos a vivir en él” apunta el artista.
Para enfatizar más aún este descontento a través de sus consignas, la exposición sale, literalmente, a la calle, concretamente a un balcón de la Plaza Mayor, a modo de o -site, activando así doblemente, el espacio privado y el público, ampliando el abanico de receptores. La intención última es la de generar una opinión crítica respecto a la situación actual.
Tolo Cañellas
Hay algo en todo este entramado que no funciona y lo único que acaba generándonos es ansiedad, impotencia y un estado de constante decepción. Sastre realiza esa llamada de atención, denunciando este hecho mediante el uso de elementos asociados, metafóricamente, a esta situación límite —mantas térmicas— como soporte para utilizar la palabra escrita —vinilo, plantillas y spray— a modo de pancartas desesperadas, que él manipula a su antojo, no exentas de ironía y toques de humor. Presentado desde el esteticismo, haciendo hincapié en esa ironía
y, en cierto modo, pervirtiendo el sentido de las propias frases, llegándolas a despojar de su verdadero signi cado. También introduce piezas escultóricas, combinándolas con maderas y cristales encontrados, sujetas con tornillos de apriete, con riendo una fragilidad mayor al sentido de la obra. El espacio blanco y aséptico, se convierte en terreno de denuncia, (comúnmente asociado a la calle) desplegando todos los elementos de manera disfuncional. El artista, propone su visión de algunas de las piezas, no siendo la única. En el caso de las pequeñas pancartas con cuatro anclajes, para las que utiliza elementos en tensión (gatos o elásticos) para sujetarlas, pueden colgarse de los cuatro o elegir tan sólo uno, cambiando y generando nuevas visiones de una misma obra. De pared a techo, con un anclaje, en el suelo o detrás de otra obra. Obligando al visitante a tomar, en ocasiones, diferentes puntos de vista, para ir descubriendo algunas de las piezas, no visibles tras un primer recorrido. Mediante las mantas de emergencia se acude a auxiliar y proteger al espectador. Invitando al público a protegernos y ayudarnos los unos a los otros. “Este proyecto está motivado por la situación socio-económica actual. Tampoco tiene porqué llamársele crisis, es simplemente un estado que aunque nos parezca extraordinario y único, quizás tengamos que acostumbrarnos a vivir en él” apunta el artista.
Para enfatizar más aún este descontento a través de sus consignas, la exposición sale, literalmente, a la calle, concretamente a un balcón de la Plaza Mayor, a modo de o -site, activando así doblemente, el espacio privado y el público, ampliando el abanico de receptores. La intención última es la de generar una opinión crítica respecto a la situación actual.
Tolo Cañellas